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jueves, 16 de enero de 2014

Y llego el 31 de diciembre!!!

El lunes 30 tuve que ir a trabajar y me la pasé todo el dia en la oficina, Carolina salió a comprar con su tía y estuvo ocupada también, ya en la noche nos escribimos y me contó que sus amigas habían cancelado todos sus planes y no irían de campamento… me sentí triste, porque pensé que ya no íbamos a vernos, yo le propuse ir con mis amigas, aunque en verdad quería que fuéramos las dos solas, ustedes saben… para que podamos disfrutar mejor y conocernos… jajaja… ya ok, está bien, en realidad quería encerrarme con ella y pasar el mejor año nuevo de mi vida… satisfechas? Al comienzo estábamos las dos muy indecisas porque no sabíamos qué hacer ni a donde ir, mis amigas estaban muy desorganizadas y yo no quería que todo salga mal, quería que para Caro también sea el mejor año nuevo y que todo sea perfecto. Después de mucho pensarlo y hablarlo decidimos irnos por nuestro lado y obviamente fui la persona más feliz del planeta de solo pensar que la tendría solo para mí por unos días. Quedé en recogerla el martes 31 a las 8am, en realidad llegué como a las 9:30am, ella también se demoró en alistar sus cosas, porque es bastante dormilona y levantarse temprano es un sacrificio enorme… yo arreglé mis cosas rápidamente, tenía en mente llevarla a Punta Hermosa, es cerca, es bonito y me encanta el malecón!.... cuando llegué a recogerla con el taxi, ella bajó con su mochila y yo no lo podía creer aún, íbamos a pasar el año nuevo juntas!, tantos lugares, tanta gente que ha conocido y justo coincidimos, en Lima, en esa discoteca, y nada! Solo éramos ella y yo rumbo a la playa. Deben imaginarse perfectamente lo nerviosa que estaba, pensaba muchas cosas, “y si se aburre?” “y si le parezco poco interesante?” no sé por qué Carolina provocaba en mi tanta inseguridad, me pone nerviosa, es como si me sacara de mi zona de confort para ponerme en medio de un huracán de emociones que no puedo controlar, creo que se me nota, aunque no le he preguntado cómo me veía en ese momento. El tema fue que subió al taxi, bella como siempre, y empezamos a conversar, ella es muy habladora y yo me bloqueo completamente hasta el punto de no saber que decirle, además no podía tocarla, me moría de miedo, no sé que me pasaba, cada vez que la tengo cerca me intimida demasiado. Tomamos un taxi hacia el paradero de los buses que nos llevarían al sur, yo no tenía la más mínima idea de dónde íbamos a hospedarnos, era año nuevo y era lógico que todos los hospedajes iban a estar llenos, traté de no pensar en eso para no atraer a la mala suerte…. Subimos al bus y ella me iba conversando, tenía tantas ganas de tomarla de la mano!, de darle un beso! De decirle que me encantaba tenerla a mi costado y que iba a hacer lo posible para que ese día sea genial, pero otra vez recordé que estábamos en Lima y eso es prácticamente imposible de hacer en el transporte público. Llegamos a Punta Hermosa y el bus nos dejó super lejos de la playa, hacía un sol insufrible y tuvimos que caminar muchísimo, yo estaba renegando y Carolina me calmó (siempre lo hace) caminamos mucho y llegamos al boulevard de la playa, encontramos tres hospedajes libres pero dos eran para 4 personas y uno era para dos pero era realmente horrible. Me sentí mal porque estábamos cansadas y pensé que no íbamos a encontrar nada disponible, yo estaba sudada y enfadada por caminar tanto, encima no había desayunado y estaba realmente de mal humor. Por otro lado me sentía mal porque Caro estaba en la misma situación que yo y se suponía que todo tenía que salir bien, y realmente no estaba saliendo nada bien. Felizmente pasó un mototaxi y le pedí que nos lleve a un hotel cercano, nos dijeron que el hotel no estaba cerca de la playa, a esas alturas ya nos importaba poco, hacía demasiado calor y el sol estaba encima nuestro, eran casi las 12 del medio dia y yo me estaba muriendo de hambre!. Finalmente llegamos a un hotel y como Dios es grande, encontramos habitaciones desocupadas, el hotel era decente, limpio y sobre todo fresco. No dudamos en quedarnos ahí, nos entregaron la llave del cuarto y el control remoto para la televisión, nos preguntaron si doble o matrimonial, jajaja… me moría de vergüenza, pero lo dije “la matrimonial por favor”… jejejeje…. Subimos al 3er piso donde nos había tocado, cuarto No. 37, lo recuerdo porque es la edad que tengo. Ingresamos a la habitación, dejamos las mochilas, Carolina se tumbó en la cama boca arriba, yo estaba nerviosa, no sabía qué hacer, además estaba sudando y me sentía no sé, intimidada!. Tome valor y me acerqué a ella, estaba ahí quieta, sudando igual que yo de tanto caminar, cansada, pero no fue suficiente para detener nuestros deseos, esos deseos que ya llevábamos 3 días reprimiendo. Empecé a besarla, Caro me correspondió y siguió abrazándome, me coloqué encima de ella y no podía dejar de mirarla a los ojos, damned! Por qué me gustaba tanto esta mujer? Me sonrió, me observó por un momento y me envolvió en esa sonrisa perfecta que solo ella puede tener. Créanme que mi corazón empezó a acelerarse como si se me fuera a salir del pecho, la tenía ahí, junto a mí, en un cuarto de hotel, solas ella y yo, a punto de hacernos el amor, de desnudarnos, de entregarnos, y recordé en 5 segundos cuando nos conocimos y el momento exacto en el que la saqué a bailar, y todos los recuerdos de ese día en la discoteca comenzaron a desfilar por mi cerebro. Ya no aguantaba más las ganas de verla desnuda, necesitaba contemplarla, acariciarla y besar cada espacio de su cuerpo, Carolina y yo estábamos realmente sudadas y cansadas de tanto caminar, a mí me daba un poco de vergüenza estar así, pero me di cuenta que a ella no le importaba, que correspondía a mis besos, a mis caricias, y poco a poco se iba excitando, su respiración se aceleraba, su cuerpo se tensaba y se movía con ganas de ser desnudado, poseído, invadido! En ningún momento dejamos de besarnos, le quité la camiseta, ella hizo lo mismo conmigo, desabrochó mi brasier mucho más rápido que yo el de ella, nos reímos, nos volvimos a besar, sentí nuestros pechos juntos y nuestras miradas penetrándonos la una a la otra, yo acariciaba su espalda, besaba su cuello, recorría sus piernas con mis manos, ella empezó a quitarme el short, yo la detuve, le saqué el pantalón que llevaba, le quité la ropa interior y empecé a moverme encima de ella, a frotar nuestras partes para excitarnos más y estar al borde de la desesperación. Ella no aguantó más y me quitó el short y la ropa interior, y ahí estábamos las dos, completamente desnudas, observándonos con un deseo desmedido, aquél deseo que habíamos estado reprimiendo desde ese sábado 28 de diciembre, cuando bailábamos en esa discoteca y nuestros besos delataban nuestros deseos más ocultos. Una vez desnudas, yo volví a colocarme encima de ella, ahora si podíamos sentir nuestras partes, completamente mojadas, porque sí… ya no dábamos más, necesitábamos sentirnos, y fue así que la besé desesperadamente, con mi lengua dentro de su garganta y frotándonos desmedidamente la una con la otra, yo quería que ella se desespere y que su cuerpo me indique que me quería dentro, y así fue, sus movimientos cada vez más rápidos y tensos me indicaron que era el momento de estar dentro de ella y fue así que deslicé mis dedos en su clítoris y fui bajando hasta su interior, sintiendo sus fluidos chorreando por sus partes, estaba tan excitada! Que mi mente y mi cuerpo pedían más de ella y fue así como metí mis dedos en su interior y la sentí tan caliente, tan mojada, tan excitada, tan mía! Aún no podía creer lo que estaba sucediendo en esa cama, Carolina me había permitido poseerla y yo no sabía exactamente qué era lo que había visto en mi. Mientras estaba en su interior la observaba, su rostro excitado, su piel erizada, su interior se contraía cada vez más y con más fuerza, sus bellos ojos cerrados para sentir mejor lo que estábamos haciendo y yo tratando de darle placer y no hacerle daño porque en realidad me moría de miedo, quería que todo salga bien, que ella disfrute, que pueda sentir que no solo quería tener sexo con ella, en realidad quería sentir su interior, quería no solo ver su cuerpo desnudo sino también descubrir sus sentimientos y percibir sus emociones. Una vez fuera noté como sus fluidos se habían impregnado entre mis dedos y lo único que deseaba era probarla, sentir su sabor, meter mi lengua en su interior y comérsela todita, en realidad quería darle un gran orgasmo, uno como nadie se lo había dado antes. No les voy a mentir, yo estaba segura de que Carolina había tenido los orgasmos más espectaculares del planeta porque había estado ya con otras chicas y de diferentes personalidades y nacionalidades, eso me causaba mucha inseguridad, pero una vez que la tuve entre mis brazos y luego de ver la manera en que se mojaba por mí, me prometí que haría que ella sintiera el placer más grande en ese momento, en esos días en los que iba a ser solo mía sin importarme su pasado. Invadí su interior con mi lengua y succioné muchas veces su clítoris inflamado y desesperado por sentir más placer con cada chupada, con cada lamida, con cada mordida, no quería parar, ella se excitaba cada vez más y se mojaba de una forma realmente excitante. Estuvimos bastante tiempo haciendo el amor hasta que se vino en un orgasmo placentero y profundo a la vez, escuché sus gemidos, observé como tensionaba su espalda, sus piernas y descubrí que se le acalambraban las piernas cada vez que se venía, eso fue lo más extraño que había visto además de notar que su piel se erizaba tan solo con el leve contacto de mis dedos. También descubrí que su espalda es muy sensible y que le encanta que le den pequeños mordiscos desde el cuello hasta el coxis, Carolina tiene una espalda bella y decorada con unos tatuajes tan sexys que en serio me hicieron olvidar el hambre, el cansancio y que ella y yo nos habíamos conocido hace 3 días. Carolina es una mujer desinhibida y totalmente apasionada, ella también me hizo el amor de una forma inolvidable, es muy buena en lo que hace, realmente me hizo el sexo oral de una manera totalmente deliciosa y cuando estuvo dentro de mí me hizo sentir en otro mundo, no se cansaba de hacerlo y me dio uno de los mejores orgasmos que he tenido últimamente, la sentí mía, me sentí suya y cuando acabé solo pude mirarla y pensar que algo había hecho bien en el año para merecer tremendo desenlace… el destino nos permitió conocernos y nosotras estábamos aprovechando al máximo esa oportunidad, yo no quería que el tiempo transcurra y no sé qué pasaba por su mente en esos momentos… nunca me atreví a preguntárselo. Tal vez no me crean pero esta fue la segunda vez en mi vida que me acosté con una mujer sin que sea mi novia, usualmente no lo hago y si lo hago termino embarcada en una relación seria y tradicional como estoy acostumbrada. Esta vez era diferente, debía asumir que no iba a ser igual y que simplemente estábamos acostándonos sin compromisos ni sentimientos de por medio, y que si no quería salir lastimada lo mejor era que me vaya preparando para ser un choque y fuga como se dice aquí en Perú. Lamentablemente en esos momentos nada de eso funcionó y decidí hacerle el amor como si fuera mi novia, mi mujer, el amor de mi vida y simplemente nos envolvimos en horas interminables de pasión, caricias, miradas y placer que definitivamente serían imposibles de describir en estas líneas, porque nada de lo que yo les escriba aquí va a describir lo que mi cuerpo, mi corazón y mi cerebro experimentaron en ese momento. Es difícil para mí hacerle el amor a una mujer que me gusta tanto y luego tener que entender que no pasará nada más, Carolina y yo pasamos 3 días en esa playa, paseamos, tomamos sol, ella tomó muchas fotos, le hice probar comidas ricas, la engreí, le di masajitos, la observé, traté de grabar en mi cabeza la mayor cantidad de recuerdos para pensar en ella cuando estuviésemos lejos y en realidad créanlo o no, fue el mejor año nuevo de mi vida. Yo regresé a Cajamarca, ella volvió a Quito y puedo decirles que extraño mucho su compañía, sus historias, su filosofía, su mirada, sus besos, su voz y todo eso que me regaló en esos pocos días que compartimos juntas. Dicen que lo bonito dura poco y debe ser verdad porque cuando pienso en ella se me dibuja una sonrisa en el rostro que es muy difícil de borrar, siempre me dijo que no me ponga triste al recordarla y que al contrario me sienta feliz de habernos conocido, ella es así de práctica! Y eso fue lo mejor que me pudo dejar, su forma de ver las cosas tan diferente a la mía, dicen que por algo hay personas que ingresan a nuestra vida de repente, y estoy segura que ella ingresó a la mía para ayudarme a matizar mi cuadriculado pensamiento con su libre y tan peculiar filosofía. Donde quiera que estés sabes que te extraño mucho y que siempre guardaré la esperanza de volverte a ver, aunque sea por unos días, pero esos días bastarán para aminorar mis nostálgicos recuerdos sobre ti y llenar ese vacío que dejaste cuando nos alejamos sin realmente despedirnos, tal vez fue lo mejor, porque créeme que me hubiera dolido mucho decirte adiós.

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