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jueves, 16 de enero de 2014

Podemos vernos mas tarde?

Como les conté Carolina y yo intercambiamos números telefónicos y fue grande mi sorpresa cuando me di cuenta que me había agregado al whatsapp, llegué al departamento de mi hermana (donde me alojo siempre que voy a Lima) y encontré unos mensajes de ella, ya se imaginan la cara que traía al leerlos… siiii… exactamente! … de mensa o de boba como lo diría ella! le dije que había llegado bien a la casa y ya ni recuerdo que más escribimos, solo sé que quedamos en vernos en la noche. Yo no podía creerlo, simplemente estaba entusiasmada!, me dio un poco de miedo volverla a ver, esta vez no había música, ni cerveza, ni oscuridad, ni ruidos, ni gente a nuestro alrededor, éramos las dos, ella y sus miles de anécdotas y experiencias y yo y mi estabilidad y mis planes de seguir estudiando para ascender y solo pensar en estudio y más trabajo. Créanme, raras veces siento que mi vida es monótona y aburrida, esta fue una de esas veces, generalmente ando con gente igual que yo que solo está pensando en trabajar y ganar más dinero para seguir teniendo cosas que a veces ni disfrutas, esta vez el destino puso en mi camino a alguien que por primera vez hizo que me cuestione si estaba haciendo lo correcto, porque es cierto, no tengo hijos que mantener, ni grandes responsabilidades como para encasillarme en ganar dinero y olvidarme de disfrutar de la vida. En fin, estuve pensando mucho en eso y en la probabilidad de que Carolina piense que no era una persona interesante, que mi vida era demasiado aburrida y mi actitud era muy materialista junto a sus ideales de igualdad, libertad y felicidad. La inseguridad comenzó a invadirme y empecé a tener miedo de volverla a ver, esto no podía estar pasando, yo no podía estar atravesando por esta situación, tenía que resetear mi cerebro, empezar a pensar en positivo y demostrarle que si bien es cierto no he viajado mucho y vivo encerrada en una mina también tengo lo mío y puedo llegar a ser una persona divertida, inteligente y sobre todo apasionada. Llegó la hora de ir a buscarla y cuando llegué a la casa de sus tíos (donde ella se estaba quedando) le envié un mensaje diciéndole “Estoy afuera”, ella me respondió “ya salgo”, parecerá tonto pero aparte de miedo de volverla a ver también me emocionaba mucho poder tenerla cerca nuevamente. Cuando ella salió y se acercó a mí, no sabía cómo saludarla, obviamente no podíamos besarnos y eso hizo que el encuentro se torne un poco raro. Caminamos con destino a unos parques con vista al mar en el que mucha gente pasa los domingos, en grupos, en parejas, con sus mascotas, todos los parques estaban llenos de gente, caminamos y caminamos hasta que nos sentamos y empezamos a conversar, hacía mucho frío a pesar de ser verano y ella estaba con un shortcito que me cortaba la respiración, yo estaba realmente muy nerviosa y no sabía cómo acercarme a ella, estaba hecha una torpe, pero ella tomo mi mano y se acercó a mí, en ese momento y con la confianza recuperada y la oscuridad como cómplice yo no dudé en besarla y al sentir nuestros labios juntos nuevamente nos olvidamos de la gente. Fue así como el momento tenso acabó y nos quedamos cogidas de la mano, ella empezó a mostrarme sus fotos y a contarme sobre los lugares en donde había estado y las personas que había conocido, vi varias fotos de ella con una brasilera con la que había andado, estaban besándose y abrazándose y me dio un poco de envidia. Pero vamos! No debería estar sintiendo eso verdad? Pero yo soy así, mis emociones van más veloces que mis pensamientos y empiezo a sentir cosas que no debo y que sé que me traerán problemas más adelante. Pasaron las horas y yo seguía contemplando los ojos de Carolina, que para ese momento ya había descubierto que eran color miel, empecé a mirar sus piernas bronceadas y la tenía tan cerquita que empecé a darle besitos detrás de la oreja, hacía mucho frío y quería quitarme la casaca para abrigarla pero para mi mala suerte estaba tan enferma que me impedía demostrarle lo caballero que podía ser cuando una mujer me interesa…. Jajaja… se hizo tarde y debíamos regresar, en realidad el tiempo pasó volando, quería seguir escuchándola, mirándola, tomarla de la mano, pero la realidad era otra y debíamos separarnos. Carolina y yo caminamos de regreso y en el camino encontramos un parque vacío y una banca en la que nos sentamos y empezamos a besarnos apasionadamente, yo comencé a acariciar sus piernas, a besarle el cuello, ella empezó a excitarse y podía sentir que quería más, que estaba sintiendo el mismo deseo que yo. Aproveché la situación y empecé a subir mis manos por sus muslos, como estaba con un short muy cortito fue fácil introducir mis manos hasta llegar a su ropa interior, estaba completamente húmeda y su interior se sentía caliente e inflamado, ella se había puesto así tan solo con mis besos!!!. Esa situación me excitó tanto que me llevó al borde del deseo, no pude evitar tocar sus partes intimas y sentir como su cuerpo pedía que la toque, que siga avanzando, que llegue hasta su interior. Los besos se hicieron más intensos, nuestra respiración se aceleraba cada vez más, yo solo deseaba estar en un lugar más privado y hacerla mía, pero no podíamos hacer nada, estábamos en la banca de un parque y para matar toda emoción, se estaba acercando gente, tuvimos que parar en seco, que separarnos y fingir que no pasaba nada, tal vez la gente no pudo darse cuenta, pero ella y yo sabíamos que lo único que deseábamos era estar en una cama, haciéndonos el amor, sintiéndonos, mirándonos, tocándonos. Tuvimos que irnos de ahí, la acompañé a su casa, las dos estábamos excitadas, nerviosas, ansiosas, pero tratando de fingir que no pasaba nada. Nos quedamos conversando un buen rato en la puerta de su casa y yo tuve que bloquear mis deseos y pretender que todo estaba bien cuando en realidad iba a explotar porque las ganas de acostarme con ella me estaban consumiendo. En la conversación Carolina me comentó que el día de año nuevo iba a irse de campamento con unas amigas a una playa gay al sur de Lima, mis amigas también iban a ir a esa playa, créanlo o no yo no quería ir, ya me habían contado que la gente se emborracha y siempre hay peleas y problemas, en realidad a mi no me gustan esas situaciones, yo soy más perfil bajo y prefiero evitar los peligros, pero bastó que ella me dijera que iba para que yo le diga que también iría con mis amigas y que nos podíamos encontrar allá. Carolina me dijo que tenía una carpa para ella sola y me dijo que podíamos dormir juntas, obviamente esa invitación no la podía dejar pasar, era la oportunidad ideal para llegar a cumplir nuestros deseos, ese año nuevo iba a poder hacerle el amor a esa mujer que invadió mi vida de la nada y que me hizo dudar de todo lo que yo hasta ese momento tenía demasiado claro, simplemente pensé que por algo nos habíamos encontrado y que si bien era un encuentro ocasional, yo ya estaba demasiado atraída por esa alma libre y defensora de las causas perdidas que con solo hablarme me había envuelto en un sentimiento tierno, dulce y difícil de disimular. Carolina y yo quedamos en encontrarnos en la playa ese 31 de diciembre, yo la veía entusiasmada y sentía que en realidad quería pasar ese año nuevo conmigo, a pesar de ni siquiera conocerme y de ser unas completas extrañas, existía algo más dentro de nosotras que no nos dejaba separarnos…

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