Me van leyendo

jueves, 16 de enero de 2014

Y llego el 31 de diciembre!!!

El lunes 30 tuve que ir a trabajar y me la pasé todo el dia en la oficina, Carolina salió a comprar con su tía y estuvo ocupada también, ya en la noche nos escribimos y me contó que sus amigas habían cancelado todos sus planes y no irían de campamento… me sentí triste, porque pensé que ya no íbamos a vernos, yo le propuse ir con mis amigas, aunque en verdad quería que fuéramos las dos solas, ustedes saben… para que podamos disfrutar mejor y conocernos… jajaja… ya ok, está bien, en realidad quería encerrarme con ella y pasar el mejor año nuevo de mi vida… satisfechas? Al comienzo estábamos las dos muy indecisas porque no sabíamos qué hacer ni a donde ir, mis amigas estaban muy desorganizadas y yo no quería que todo salga mal, quería que para Caro también sea el mejor año nuevo y que todo sea perfecto. Después de mucho pensarlo y hablarlo decidimos irnos por nuestro lado y obviamente fui la persona más feliz del planeta de solo pensar que la tendría solo para mí por unos días. Quedé en recogerla el martes 31 a las 8am, en realidad llegué como a las 9:30am, ella también se demoró en alistar sus cosas, porque es bastante dormilona y levantarse temprano es un sacrificio enorme… yo arreglé mis cosas rápidamente, tenía en mente llevarla a Punta Hermosa, es cerca, es bonito y me encanta el malecón!.... cuando llegué a recogerla con el taxi, ella bajó con su mochila y yo no lo podía creer aún, íbamos a pasar el año nuevo juntas!, tantos lugares, tanta gente que ha conocido y justo coincidimos, en Lima, en esa discoteca, y nada! Solo éramos ella y yo rumbo a la playa. Deben imaginarse perfectamente lo nerviosa que estaba, pensaba muchas cosas, “y si se aburre?” “y si le parezco poco interesante?” no sé por qué Carolina provocaba en mi tanta inseguridad, me pone nerviosa, es como si me sacara de mi zona de confort para ponerme en medio de un huracán de emociones que no puedo controlar, creo que se me nota, aunque no le he preguntado cómo me veía en ese momento. El tema fue que subió al taxi, bella como siempre, y empezamos a conversar, ella es muy habladora y yo me bloqueo completamente hasta el punto de no saber que decirle, además no podía tocarla, me moría de miedo, no sé que me pasaba, cada vez que la tengo cerca me intimida demasiado. Tomamos un taxi hacia el paradero de los buses que nos llevarían al sur, yo no tenía la más mínima idea de dónde íbamos a hospedarnos, era año nuevo y era lógico que todos los hospedajes iban a estar llenos, traté de no pensar en eso para no atraer a la mala suerte…. Subimos al bus y ella me iba conversando, tenía tantas ganas de tomarla de la mano!, de darle un beso! De decirle que me encantaba tenerla a mi costado y que iba a hacer lo posible para que ese día sea genial, pero otra vez recordé que estábamos en Lima y eso es prácticamente imposible de hacer en el transporte público. Llegamos a Punta Hermosa y el bus nos dejó super lejos de la playa, hacía un sol insufrible y tuvimos que caminar muchísimo, yo estaba renegando y Carolina me calmó (siempre lo hace) caminamos mucho y llegamos al boulevard de la playa, encontramos tres hospedajes libres pero dos eran para 4 personas y uno era para dos pero era realmente horrible. Me sentí mal porque estábamos cansadas y pensé que no íbamos a encontrar nada disponible, yo estaba sudada y enfadada por caminar tanto, encima no había desayunado y estaba realmente de mal humor. Por otro lado me sentía mal porque Caro estaba en la misma situación que yo y se suponía que todo tenía que salir bien, y realmente no estaba saliendo nada bien. Felizmente pasó un mototaxi y le pedí que nos lleve a un hotel cercano, nos dijeron que el hotel no estaba cerca de la playa, a esas alturas ya nos importaba poco, hacía demasiado calor y el sol estaba encima nuestro, eran casi las 12 del medio dia y yo me estaba muriendo de hambre!. Finalmente llegamos a un hotel y como Dios es grande, encontramos habitaciones desocupadas, el hotel era decente, limpio y sobre todo fresco. No dudamos en quedarnos ahí, nos entregaron la llave del cuarto y el control remoto para la televisión, nos preguntaron si doble o matrimonial, jajaja… me moría de vergüenza, pero lo dije “la matrimonial por favor”… jejejeje…. Subimos al 3er piso donde nos había tocado, cuarto No. 37, lo recuerdo porque es la edad que tengo. Ingresamos a la habitación, dejamos las mochilas, Carolina se tumbó en la cama boca arriba, yo estaba nerviosa, no sabía qué hacer, además estaba sudando y me sentía no sé, intimidada!. Tome valor y me acerqué a ella, estaba ahí quieta, sudando igual que yo de tanto caminar, cansada, pero no fue suficiente para detener nuestros deseos, esos deseos que ya llevábamos 3 días reprimiendo. Empecé a besarla, Caro me correspondió y siguió abrazándome, me coloqué encima de ella y no podía dejar de mirarla a los ojos, damned! Por qué me gustaba tanto esta mujer? Me sonrió, me observó por un momento y me envolvió en esa sonrisa perfecta que solo ella puede tener. Créanme que mi corazón empezó a acelerarse como si se me fuera a salir del pecho, la tenía ahí, junto a mí, en un cuarto de hotel, solas ella y yo, a punto de hacernos el amor, de desnudarnos, de entregarnos, y recordé en 5 segundos cuando nos conocimos y el momento exacto en el que la saqué a bailar, y todos los recuerdos de ese día en la discoteca comenzaron a desfilar por mi cerebro. Ya no aguantaba más las ganas de verla desnuda, necesitaba contemplarla, acariciarla y besar cada espacio de su cuerpo, Carolina y yo estábamos realmente sudadas y cansadas de tanto caminar, a mí me daba un poco de vergüenza estar así, pero me di cuenta que a ella no le importaba, que correspondía a mis besos, a mis caricias, y poco a poco se iba excitando, su respiración se aceleraba, su cuerpo se tensaba y se movía con ganas de ser desnudado, poseído, invadido! En ningún momento dejamos de besarnos, le quité la camiseta, ella hizo lo mismo conmigo, desabrochó mi brasier mucho más rápido que yo el de ella, nos reímos, nos volvimos a besar, sentí nuestros pechos juntos y nuestras miradas penetrándonos la una a la otra, yo acariciaba su espalda, besaba su cuello, recorría sus piernas con mis manos, ella empezó a quitarme el short, yo la detuve, le saqué el pantalón que llevaba, le quité la ropa interior y empecé a moverme encima de ella, a frotar nuestras partes para excitarnos más y estar al borde de la desesperación. Ella no aguantó más y me quitó el short y la ropa interior, y ahí estábamos las dos, completamente desnudas, observándonos con un deseo desmedido, aquél deseo que habíamos estado reprimiendo desde ese sábado 28 de diciembre, cuando bailábamos en esa discoteca y nuestros besos delataban nuestros deseos más ocultos. Una vez desnudas, yo volví a colocarme encima de ella, ahora si podíamos sentir nuestras partes, completamente mojadas, porque sí… ya no dábamos más, necesitábamos sentirnos, y fue así que la besé desesperadamente, con mi lengua dentro de su garganta y frotándonos desmedidamente la una con la otra, yo quería que ella se desespere y que su cuerpo me indique que me quería dentro, y así fue, sus movimientos cada vez más rápidos y tensos me indicaron que era el momento de estar dentro de ella y fue así que deslicé mis dedos en su clítoris y fui bajando hasta su interior, sintiendo sus fluidos chorreando por sus partes, estaba tan excitada! Que mi mente y mi cuerpo pedían más de ella y fue así como metí mis dedos en su interior y la sentí tan caliente, tan mojada, tan excitada, tan mía! Aún no podía creer lo que estaba sucediendo en esa cama, Carolina me había permitido poseerla y yo no sabía exactamente qué era lo que había visto en mi. Mientras estaba en su interior la observaba, su rostro excitado, su piel erizada, su interior se contraía cada vez más y con más fuerza, sus bellos ojos cerrados para sentir mejor lo que estábamos haciendo y yo tratando de darle placer y no hacerle daño porque en realidad me moría de miedo, quería que todo salga bien, que ella disfrute, que pueda sentir que no solo quería tener sexo con ella, en realidad quería sentir su interior, quería no solo ver su cuerpo desnudo sino también descubrir sus sentimientos y percibir sus emociones. Una vez fuera noté como sus fluidos se habían impregnado entre mis dedos y lo único que deseaba era probarla, sentir su sabor, meter mi lengua en su interior y comérsela todita, en realidad quería darle un gran orgasmo, uno como nadie se lo había dado antes. No les voy a mentir, yo estaba segura de que Carolina había tenido los orgasmos más espectaculares del planeta porque había estado ya con otras chicas y de diferentes personalidades y nacionalidades, eso me causaba mucha inseguridad, pero una vez que la tuve entre mis brazos y luego de ver la manera en que se mojaba por mí, me prometí que haría que ella sintiera el placer más grande en ese momento, en esos días en los que iba a ser solo mía sin importarme su pasado. Invadí su interior con mi lengua y succioné muchas veces su clítoris inflamado y desesperado por sentir más placer con cada chupada, con cada lamida, con cada mordida, no quería parar, ella se excitaba cada vez más y se mojaba de una forma realmente excitante. Estuvimos bastante tiempo haciendo el amor hasta que se vino en un orgasmo placentero y profundo a la vez, escuché sus gemidos, observé como tensionaba su espalda, sus piernas y descubrí que se le acalambraban las piernas cada vez que se venía, eso fue lo más extraño que había visto además de notar que su piel se erizaba tan solo con el leve contacto de mis dedos. También descubrí que su espalda es muy sensible y que le encanta que le den pequeños mordiscos desde el cuello hasta el coxis, Carolina tiene una espalda bella y decorada con unos tatuajes tan sexys que en serio me hicieron olvidar el hambre, el cansancio y que ella y yo nos habíamos conocido hace 3 días. Carolina es una mujer desinhibida y totalmente apasionada, ella también me hizo el amor de una forma inolvidable, es muy buena en lo que hace, realmente me hizo el sexo oral de una manera totalmente deliciosa y cuando estuvo dentro de mí me hizo sentir en otro mundo, no se cansaba de hacerlo y me dio uno de los mejores orgasmos que he tenido últimamente, la sentí mía, me sentí suya y cuando acabé solo pude mirarla y pensar que algo había hecho bien en el año para merecer tremendo desenlace… el destino nos permitió conocernos y nosotras estábamos aprovechando al máximo esa oportunidad, yo no quería que el tiempo transcurra y no sé qué pasaba por su mente en esos momentos… nunca me atreví a preguntárselo. Tal vez no me crean pero esta fue la segunda vez en mi vida que me acosté con una mujer sin que sea mi novia, usualmente no lo hago y si lo hago termino embarcada en una relación seria y tradicional como estoy acostumbrada. Esta vez era diferente, debía asumir que no iba a ser igual y que simplemente estábamos acostándonos sin compromisos ni sentimientos de por medio, y que si no quería salir lastimada lo mejor era que me vaya preparando para ser un choque y fuga como se dice aquí en Perú. Lamentablemente en esos momentos nada de eso funcionó y decidí hacerle el amor como si fuera mi novia, mi mujer, el amor de mi vida y simplemente nos envolvimos en horas interminables de pasión, caricias, miradas y placer que definitivamente serían imposibles de describir en estas líneas, porque nada de lo que yo les escriba aquí va a describir lo que mi cuerpo, mi corazón y mi cerebro experimentaron en ese momento. Es difícil para mí hacerle el amor a una mujer que me gusta tanto y luego tener que entender que no pasará nada más, Carolina y yo pasamos 3 días en esa playa, paseamos, tomamos sol, ella tomó muchas fotos, le hice probar comidas ricas, la engreí, le di masajitos, la observé, traté de grabar en mi cabeza la mayor cantidad de recuerdos para pensar en ella cuando estuviésemos lejos y en realidad créanlo o no, fue el mejor año nuevo de mi vida. Yo regresé a Cajamarca, ella volvió a Quito y puedo decirles que extraño mucho su compañía, sus historias, su filosofía, su mirada, sus besos, su voz y todo eso que me regaló en esos pocos días que compartimos juntas. Dicen que lo bonito dura poco y debe ser verdad porque cuando pienso en ella se me dibuja una sonrisa en el rostro que es muy difícil de borrar, siempre me dijo que no me ponga triste al recordarla y que al contrario me sienta feliz de habernos conocido, ella es así de práctica! Y eso fue lo mejor que me pudo dejar, su forma de ver las cosas tan diferente a la mía, dicen que por algo hay personas que ingresan a nuestra vida de repente, y estoy segura que ella ingresó a la mía para ayudarme a matizar mi cuadriculado pensamiento con su libre y tan peculiar filosofía. Donde quiera que estés sabes que te extraño mucho y que siempre guardaré la esperanza de volverte a ver, aunque sea por unos días, pero esos días bastarán para aminorar mis nostálgicos recuerdos sobre ti y llenar ese vacío que dejaste cuando nos alejamos sin realmente despedirnos, tal vez fue lo mejor, porque créeme que me hubiera dolido mucho decirte adiós.

Podemos vernos mas tarde?

Como les conté Carolina y yo intercambiamos números telefónicos y fue grande mi sorpresa cuando me di cuenta que me había agregado al whatsapp, llegué al departamento de mi hermana (donde me alojo siempre que voy a Lima) y encontré unos mensajes de ella, ya se imaginan la cara que traía al leerlos… siiii… exactamente! … de mensa o de boba como lo diría ella! le dije que había llegado bien a la casa y ya ni recuerdo que más escribimos, solo sé que quedamos en vernos en la noche. Yo no podía creerlo, simplemente estaba entusiasmada!, me dio un poco de miedo volverla a ver, esta vez no había música, ni cerveza, ni oscuridad, ni ruidos, ni gente a nuestro alrededor, éramos las dos, ella y sus miles de anécdotas y experiencias y yo y mi estabilidad y mis planes de seguir estudiando para ascender y solo pensar en estudio y más trabajo. Créanme, raras veces siento que mi vida es monótona y aburrida, esta fue una de esas veces, generalmente ando con gente igual que yo que solo está pensando en trabajar y ganar más dinero para seguir teniendo cosas que a veces ni disfrutas, esta vez el destino puso en mi camino a alguien que por primera vez hizo que me cuestione si estaba haciendo lo correcto, porque es cierto, no tengo hijos que mantener, ni grandes responsabilidades como para encasillarme en ganar dinero y olvidarme de disfrutar de la vida. En fin, estuve pensando mucho en eso y en la probabilidad de que Carolina piense que no era una persona interesante, que mi vida era demasiado aburrida y mi actitud era muy materialista junto a sus ideales de igualdad, libertad y felicidad. La inseguridad comenzó a invadirme y empecé a tener miedo de volverla a ver, esto no podía estar pasando, yo no podía estar atravesando por esta situación, tenía que resetear mi cerebro, empezar a pensar en positivo y demostrarle que si bien es cierto no he viajado mucho y vivo encerrada en una mina también tengo lo mío y puedo llegar a ser una persona divertida, inteligente y sobre todo apasionada. Llegó la hora de ir a buscarla y cuando llegué a la casa de sus tíos (donde ella se estaba quedando) le envié un mensaje diciéndole “Estoy afuera”, ella me respondió “ya salgo”, parecerá tonto pero aparte de miedo de volverla a ver también me emocionaba mucho poder tenerla cerca nuevamente. Cuando ella salió y se acercó a mí, no sabía cómo saludarla, obviamente no podíamos besarnos y eso hizo que el encuentro se torne un poco raro. Caminamos con destino a unos parques con vista al mar en el que mucha gente pasa los domingos, en grupos, en parejas, con sus mascotas, todos los parques estaban llenos de gente, caminamos y caminamos hasta que nos sentamos y empezamos a conversar, hacía mucho frío a pesar de ser verano y ella estaba con un shortcito que me cortaba la respiración, yo estaba realmente muy nerviosa y no sabía cómo acercarme a ella, estaba hecha una torpe, pero ella tomo mi mano y se acercó a mí, en ese momento y con la confianza recuperada y la oscuridad como cómplice yo no dudé en besarla y al sentir nuestros labios juntos nuevamente nos olvidamos de la gente. Fue así como el momento tenso acabó y nos quedamos cogidas de la mano, ella empezó a mostrarme sus fotos y a contarme sobre los lugares en donde había estado y las personas que había conocido, vi varias fotos de ella con una brasilera con la que había andado, estaban besándose y abrazándose y me dio un poco de envidia. Pero vamos! No debería estar sintiendo eso verdad? Pero yo soy así, mis emociones van más veloces que mis pensamientos y empiezo a sentir cosas que no debo y que sé que me traerán problemas más adelante. Pasaron las horas y yo seguía contemplando los ojos de Carolina, que para ese momento ya había descubierto que eran color miel, empecé a mirar sus piernas bronceadas y la tenía tan cerquita que empecé a darle besitos detrás de la oreja, hacía mucho frío y quería quitarme la casaca para abrigarla pero para mi mala suerte estaba tan enferma que me impedía demostrarle lo caballero que podía ser cuando una mujer me interesa…. Jajaja… se hizo tarde y debíamos regresar, en realidad el tiempo pasó volando, quería seguir escuchándola, mirándola, tomarla de la mano, pero la realidad era otra y debíamos separarnos. Carolina y yo caminamos de regreso y en el camino encontramos un parque vacío y una banca en la que nos sentamos y empezamos a besarnos apasionadamente, yo comencé a acariciar sus piernas, a besarle el cuello, ella empezó a excitarse y podía sentir que quería más, que estaba sintiendo el mismo deseo que yo. Aproveché la situación y empecé a subir mis manos por sus muslos, como estaba con un short muy cortito fue fácil introducir mis manos hasta llegar a su ropa interior, estaba completamente húmeda y su interior se sentía caliente e inflamado, ella se había puesto así tan solo con mis besos!!!. Esa situación me excitó tanto que me llevó al borde del deseo, no pude evitar tocar sus partes intimas y sentir como su cuerpo pedía que la toque, que siga avanzando, que llegue hasta su interior. Los besos se hicieron más intensos, nuestra respiración se aceleraba cada vez más, yo solo deseaba estar en un lugar más privado y hacerla mía, pero no podíamos hacer nada, estábamos en la banca de un parque y para matar toda emoción, se estaba acercando gente, tuvimos que parar en seco, que separarnos y fingir que no pasaba nada, tal vez la gente no pudo darse cuenta, pero ella y yo sabíamos que lo único que deseábamos era estar en una cama, haciéndonos el amor, sintiéndonos, mirándonos, tocándonos. Tuvimos que irnos de ahí, la acompañé a su casa, las dos estábamos excitadas, nerviosas, ansiosas, pero tratando de fingir que no pasaba nada. Nos quedamos conversando un buen rato en la puerta de su casa y yo tuve que bloquear mis deseos y pretender que todo estaba bien cuando en realidad iba a explotar porque las ganas de acostarme con ella me estaban consumiendo. En la conversación Carolina me comentó que el día de año nuevo iba a irse de campamento con unas amigas a una playa gay al sur de Lima, mis amigas también iban a ir a esa playa, créanlo o no yo no quería ir, ya me habían contado que la gente se emborracha y siempre hay peleas y problemas, en realidad a mi no me gustan esas situaciones, yo soy más perfil bajo y prefiero evitar los peligros, pero bastó que ella me dijera que iba para que yo le diga que también iría con mis amigas y que nos podíamos encontrar allá. Carolina me dijo que tenía una carpa para ella sola y me dijo que podíamos dormir juntas, obviamente esa invitación no la podía dejar pasar, era la oportunidad ideal para llegar a cumplir nuestros deseos, ese año nuevo iba a poder hacerle el amor a esa mujer que invadió mi vida de la nada y que me hizo dudar de todo lo que yo hasta ese momento tenía demasiado claro, simplemente pensé que por algo nos habíamos encontrado y que si bien era un encuentro ocasional, yo ya estaba demasiado atraída por esa alma libre y defensora de las causas perdidas que con solo hablarme me había envuelto en un sentimiento tierno, dulce y difícil de disimular. Carolina y yo quedamos en encontrarnos en la playa ese 31 de diciembre, yo la veía entusiasmada y sentía que en realidad quería pasar ese año nuevo conmigo, a pesar de ni siquiera conocerme y de ser unas completas extrañas, existía algo más dentro de nosotras que no nos dejaba separarnos…

Y coincidir!!!

Entre tantas personas es posible coincidir con aquella que te provoque atracción desmedida? Fui a Lima a pasar las fiestas navideñas y el año nuevo con mi familia ya que los visito cada 3 meses y siempre reclaman mi presencia. Aproveché en visitar familiares y por supuesto en reencontrarme con mis amigas lesbianas a las que no veía hace muchos meses. Obviamente el plan era uno solo, ir a la discoteca de ambiente más conocida de Lima y conocer chicas… jajaja… coincidentemente todas estábamos solteras y solo una tenia pareja. Hace mucho tiempo que no pisaba ese lugar, en Cajamarca no existen lugares de ambiente y la gente es muy reprimida y cucufata. Es por eso que al entrar y ver a tanta gente como yo, me sentí libre y afortunada de poder estar ahí. La noche se veía prometedora, habían muchas chicas lindas, bailando, tomando y no todas tenían pareja… esa era la mejor parte, en el grupo había una chica interesante, que llamó mi atención, pero lamentablemente al hablar con ella la magia se fue y lo único que hizo fue hablarme de su ex y decirme que iba a volverse hetero porque ya no confiaba mas en las mujeres, en realidad la chica estaba despechada y bebiendo más de la cuenta por lo que me pareció una mala idea seguir conversando con ella… más vale prevenir, que lamentar! Eso me lo enseñó mi madre! La noche avanzaba, todo el mundo intercambiando miradas, bailando, tomando y yo disfrutando cada minuto, observando a tantas mujeres solas y emparejadas, pero todas reunidas en ese lugar hecho para nosotras, en el que sabes que si te acercas a una chica definitivamente va a ser lesbiana y si no te liga entonces será tu amiga y podrán compartir muchas cosas de ahí en adelante o simplemente te servirá de experiencia para manejar mejor el rechazo… jajaja. Transcurrieron las horas y yo seguía pensando y pensando en qué demonios hacía yo viviendo en Cajamarca alejada de todo lo que me gusta, reprimiendo mis verdaderos sentimientos y resignándome a llevar una vida heterosexual por falta de oportunidades como esta, en fin, seguí mirando a la gente, cuando en eso veo a mi ex Lucia conversando con una chica que me llamó mucho la atención por su apariencia, tenía un look poco común y que encima le quedaba lindo, porque para tener looks diferentes, te tiene que quedar bien, sino olvídalo… la cuestión fue que Lucia habló con esta chica y luego regresó al grupo sin pena ni gloria. Yo, aprovechando el pánico y confirmando que la chica era amigable, me dije, bueno Alanis, qué estás esperando? Sácala a bailar! Ahora mismo! Y deja de perder el tiempo mirando! … y así fue, al toro por las astas no? Me acerqué con toda la seguridad del mundo, armándome de valor claro está, y le pregunté con mi mejor sonrisa “Quieres bailar?”, ella se quedó mirándome por algunos segundos y me dijo “Claro!”, ya no recuerdo que canción era, en realidad solo recuerdo su rostro, su cabello con ese look tan raro y a la vez tan extravagante que me llamó tanto la atención, pero eso no fue todo, cuando la miré me di cuenta que tenía unos ojos preciosos, no podía precisar el color porque estaba oscuro, pero estaba segura que eran claros y completamente vivaces, me atrajeron tanto que ella hablaba y yo no escuchaba nada, o sea la estaba oyendo pero no entendía nada…. Lo sé fue una falta de respeto! Pero así fue, no puedo mentirles, solo me entraron unas ganas incontrolables de besarla! No sé cuántos minutos transcurrieron, sé que fueron pocos, yo ya estaba con varias cervezas encima y creo que fue eso lo que me impulsó a besarla, así sin más ni más, le di un gran beso, apasionado, largo y completamente ardiente. Hoy al recordarlo sé que me pasé de la raya, y si lees esto Carolina, perdóname, sé que fui una conchuda total, pero no pude contenerme, me gustaste demasiado y temía que al acabar la canción me dijeras gracias y yo me quedara con las ganas de probar tus labios y sentir su sabor, así que fui arriesgada y te besé antes de que pudieras decirme que no. Lo mejor de todo fue que ella me correspondió y las dos nos envolvimos en un gran beso interminable que cuando nos dimos cuenta solo nos miramos, sonreímos y seguimos conversando, no por mucho tiempo porque ya no pudimos parar de besarnos. Hace tiempo que no vivía algo así, tan fugaz, espontáneo, inesperado, pero muy apasionado. En ese momento descubrí que Carolina y yo teníamos mucho en común: no vivíamos en Lima, no nos conocíamos, nos estábamos empezando a gustar y nos importó un pepino que la gente nos mirara porque en realidad nuestros besos eran un espectáculo público…. Jajaja… lo sé porque mis propias amigas se acercaron a decirme “Por favor ya deja de besarla de esa forma que todo el mundo las está mirando”, obviamente que no les hice caso porque si la gente nos miraba era de pura envidia o tal vez porque querían aprender algo, no lo sé….. Esa noche ella y yo bebimos, bailamos y nos besamos hasta que la discoteca cerró y nos echaron de ahí, mis amigas me hicieron bullyng porque las abandoné por una desconocida y Carolina y yo salimos de la mano hacia el parque que está cerca y nos sentamos en una banca a conversar como si ya nos conociéramos desde antes, no pudimos seguir besándonos porque en Lima no puedes hacer eso en la vía pública y sobre todo a la luz del día, pero sin embargo aprovechamos el tiempo para conocernos, al menos un poquito, ella me habló de sus viajes, de sus experiencias con chicas, me dijo que no había tenido una relación duradera con una mujer, y quiso dejarme claro en todas las formas que ella era un alma libre, que no era celosa y que lo único que quería era viajar y conocer la vida a su manera, sin ataduras, ni compromisos. Yo la escuchaba y mientras lo hacía me daba cuenta de lo desgarradoramente diferentes que podíamos ser, solo atiné a pensar en la cuadriculada y milimetrada forma en la que había decidido vivir mi vida y estaba segura que si ella me conocía un poco más definitivamente se daría cuenta inmediatamente de que yo no era el tipo de mujer que le movería el piso. Ya eran como las 7 de la mañana y obviamente nos estábamos muriendo de hambre, entonces la invité a desayunar en el Mc Donalds frente al parque y que permanece abierto 24 horas… desayunamos, conversamos, no dejamos de mirarnos, intercambiamos teléfonos y yo, en silencio, me preguntaba cómo sería hacerle el amor a esa mujer tan guapa, libre, atractiva y a la vez tan diferente a mí. Como todo un caballero que soy (ja ja ja) me ofrecí a dejarla en su casa y pensé que no la volvería a ver nunca más, les confieso, aunque no lo crean, que esa sensación me dio un poco de miedo. Esa mañana sentí envidia de la buena por esa mujer tan linda, decidida, desinhibida y apasionada que el destino me había permitido conocer. Carolina era de Ecuador y solo estaba de paso por el Perú, estaba viajando hace 7 meses y yo era una chica más que conocía en su travesía por Sudamérica, obvio que lo primero que pensé fue que no había forma de volvernos a ver, pero algo debí hacer bien porque Carolina y yo nos reencontramos esa noche y solo sé que al despedirnos me di cuenta que iba a ser muy difícil dejarla ir.