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miércoles, 7 de julio de 2010

Retrocediendo el tiempo


Para las que han leído este blog desde el comienzo saben que la primera mujer a quien le di un beso fue Samantha, con ella tuvimos una relación de un año que tuvo un final doloroso, eso fue en el año 2000, luego de eso yo viví enamorada de ella 6 largos años, dentro de los cuales, en el 2002 intenté volver al camino del bien, o sea, a mi vida heterosexual.

Así es, tuve un enamorado que luego se convirtió en novio y con el que pensaba casarme para huir de esta realidad homosexual que me quitaba el sueño, afortunadamente el tipo era un patán y yo me desencanté después de casi 3 largos años. Luego de casi medio año, empecé a salir con otro chico y según yo estaba muy enamorada... jaja... ahora que lo recuerdo me da mucha risa.
En serio que casi me la creo y como hasta ese momento no frecuentaba el ambiente homosexual, es decir no tenía amigas lesbianas ni conocía lugares gays, creí ilusamente que mi inclinación homosexual había sido solo un pequeño desliz. Mentira señoritas!!! y aquí se los detallo:

En mayo del 2006, yo estaba a punto de cumplir los 30 y en esas cosas del destino, una amiga muy querida heterosexual me recomendó en la oficina donde ella trabajaba, esa amiga era, en esa época, la única que sabía que yo era lesbiana, pues bueno, cuando entré a trabajar había una chica que me llamó mucho la atención, se llamaba Mariella y mi amiga Paola sospechaba que era lesbiana porque vivía con una chica y estaba casi segura que eran novias.

Mariella se acercaba mucho a mí y me miraba fijamente poniéndome totalmente nerviosa, a mí hasta se me caía la comida cuando almorzaba y la tenía cerca. Me intimidaba demasiado y ella se daba cuenta, hasta podría jurar que lo hacía a propósito, ayyyyyy era tan indefensa en esa época, y creo que eso fue lo que más le gustó a ella de mí. Yo trataba de no dirigirle la palabra pero ella siempre se las ingeniaba para acercarse o hablarme, el último día de trabajo me animé a escribirle por correo y mi sorpresa fue muy grande cuando me respondió y empezó a coquetear conmigo abiertamente, hasta ese momento yo no le había dicho que era lesbiana, pero ella con toda la experiencia que tenía se había dado cuenta desde la primera vez que me vió. Ilusa de mí que no me di cuenta que estaba jugando con fuego, yo juraba que iba a ser muy fácil conquistar a esta señorita que por cierto, era 6 años mayor que yo y había sido lesbiana toda su vida. Tremendo error!!! fui por lana y obviamente salí muy trasquilada.... esa homosexualidad que yo creí haber bloqueado fue despertada drásticamente y me iba a costar mucho volver a bloquearla, de eso estaba completamente segura.

Felizmente yo solo ingresé a cubrir un reemplazo y después de 30 días salí de esa oficina jurando no regresar más, obviamente que el destino se encargaría de volver a juntarnos, el sabio destino que siempre termina por asombrarme y por ponerme en mi lugar.

Lo que había provocado Mariella dentro de mí me asustó mucho, era como tener que reconocer y asumir que en serio mi lado lésbico era mucho más fuerte que yo y que aunque intentase muchas veces enamorarme de un hombre iba a ser imposible. Les juro que odié conocer a Mariella, odié pensar en ella y odié extrañarla los días posteriores.

Lo que si pude agradecerle en ese momento fue que gracias a ella había podido dejar a un lado el recuerdo de Samantha, porque a pesar de que yo estaba con chicos, el recuerdo de Sam aún me golpeaba mucho y cada vez que la veía solo tenía ganas de abrazarla y de besarla, lamentablemente, ella ya había hecho su vida volviendo con el padre de su hija y retomando su vida heterosexual como si yo nunca hubiera existido. Eso me dolió mucho, de veras creí que refugiándome en los brazos de un hombre, mi dolor iba a disminuir con el tiempo, lo malo fue que nunca imaginé conocer a otra mujer que me quitara el sueño y tampoco medí las consecuencias en cuanto a los hombres, porque si los hice sufrir con mi rechazo y creo que todas las lágrimas que derramaron por mí, las estoy pagando con intereses.

De esta entrada solo quiero aclararles que si son lesbianas, no traten de refugiarse en un hombre, porque saldrán lastimadas, se sentirán vacías, solas, hastiadas y falsas. Sé muy bien lo duro que es reconocerse como lesbiana y a la vez mantenerse cuerda en este ambiente en el que hay mujeres malas, interesadas, crueles y falsas. Solo de nosotras mismas depende salir con vida de esta vorágine de pasión, amor, espinas y rosas. Lo único que puedo decirles es que así nos duela terminar una relación, buena o mala, lo vivido nadie nos lo puede arrebatar, esa satisfacción o instatisfacción formará parte de nuestras vidas para siempre, y es lo que nos enseñará a amar, a crecer y a madurar, sin esas experiencias nosotras no seríamos nada.

Yo aún guardo la esperanza de conocer a la mujer de mi vida, esa mujer con quien pueda vivir un amor realmente puro y duradero, esa mujer que me inspire todos los días y me ayude a salir adelante, esa mujer para quien yo sea una sonrisa, un suspiro y por qué no, sus ganas de despertar cada mañana.

En las próximas entradas les contaré más sobre Mariella, su forma de seducirme y mi inocencia al envolverme con ella, Mariella y yo aún somos buenas amigas, aunque yo siempre quise ser más que eso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

siempre quisiste ser algo mas q amiga de mar..?... ay ay alanis xD.
jum :-P . Supongo q saes kien soi.. un besote te quiero muah